EnglishAlemánFrancésEspañolItalianoNetherlandsRusoPortuguésChino SimplificadoJaponés
CoreanoÁrabe

jueves, 24 de marzo de 2011

La gracia está sobrevalorada


Una vez de fiesta, una  chica borracha me dijo:”eres muy gracioso” Yo le dije: ” ¿Perdón? ¿Que soy muy gracioso? Perdona si te ofende lo que te voy a decir pero no pretendo ser gracioso ni pretendo hacerte reír, sólo quiero acostarme contigo”. Desde aquel momento he llegado a la conclusión de que los graciosos no nos comemos un rosco, nunca seremos alguien importante y nunca nadie nos tomará en serio ¿Alguien ha visto que el señor Rodríguez Zapatero cuente un chiste en el congreso? ¿O le veis a Angela Merkel cara de chiste? (vale, es alemana)¿ o quizás habeis visto a Teresa de Calcuta haciendo monólogos? ¿No verdad? pues desde ese preciso momento, desde que mis oídos oyeron esa frases mi vida ha dado un giro de 361 grados. Ya no soy gracioso, sino todo lo contrario, soy a-gracioso (y no pretendo hacer un chiste inventándome esa palabra, os recuerdo que no soy gracioso) Quiero ser alguien importante, alguien que cuándo me muera haya alguien en mi funeral y diga: “Joder, que grande y que poco gracioso era este cabrón” Quiero ser cantante de una orquesta, profesor de matemáticas (por eso de que me llamen Don) o tener una entrada en wikipedia  (todo persona importante tiene una. Antes eras importante cuando hacías algo importante, ahora eres importante cuando tienes una entrada en wikipedia o conoces a Belén Esteban)  Pues eso, que quiero ser  importante, coño.
De esta manera he comenzado un período/proceso/etapa de conversión personal a la que he llamado: mi propia enajenación mental para convertirme en alguien importante (como no estaba muy seguro del significado de enajenación lo he buscado en la página de la RAE, y desde aquí quiero lanzar un mensaje: actualizar vuestra página web, entrar en el siglo XXI) 
Únicamente os pediré un favor, matar a todos aquellos graciosos que conozcais. Gracias. 
Un ex-gracioso